La propuesta busca un doble objetivo: mantener las características originales del edificio (comunes a la arquitectura tradicional de la zona) a la vez que crear unas viviendas con las cualidades de confort, luminosidad y bajo impacto ambiental acordes a la época actual.

Dada la imposibilidad de abrir huecos en la fachada sur (la más beneficiosa por temas de soleamiento) debido a que esta da a una parcela privada, dentro del volumen original se crea un patio entre la fachada original y la de las nuevas viviendas. Se consigue así que las viviendas abran huecos a sur y que en planta baja cuenten con jardines privados.

Todas las viviendas cuentan con un zaguán previo en el que poder dejar silletas, bicicletas, … Además, en todas ellas la zona de salón da al sur y, al menos, un dormitorio también a sur (de los 12 dormitorios 9 dan a sur y tan solo 3 a norte). Todas ellas cuentan con un salón-cocina separado visualmente por la escalera privada (tratada como un elemento ligero para no eliminar la conexión y la entrada de luz desde
los ventanales en el sur hasta la cocina).

La construcción se resolvía con muros portantes de entramado ligero paralelos a las fachadas este y oeste. Estos muros soportarán los forjados de madera de techo de planta baja y techo de planta primera. Los muros se prolongarán y se rematarán con durmientes de madera sobre los que apoyarán las vigas y correas de la cubierta.

Al volumen principal se adosan dos pequeños volúmenes acabados en madera (similares a los edificios auxiliares para aperos de labranza). Se resuelven con estructura portante de pilares y vigas de madera, cerramiento de vidrio protegido hacia el exterior con un entablado de madera. La cubierta es de zinc sobre tablero OSB.